jueves, 28 de junio de 2007

Pequeños Escondites

Cuando todo esta dicho y hecho, no queda mas que que pensar en un nuevo comenzar.
Cuando no das mas y ya quieres acabar no que mas que buscar un abrigo.

Estas arto de todo, por lo que te refugias en tus gustos.
Refugio distintos para personas distintas.
Te escondes entre sombras, porque piensas que todo esta perdido y no encontraras esa luz que alumbre tu camino. (no es así)

Te refugias en la música, sintiéndote seguro, porque con ella expresas todo aquello que no te atreves a decir e incluso a pensar. Modificando la logras todo esa valentía para hablar.
Distintos tipos de música, para distintos estados de sentir... (di lo contrario)

Refugios sanos para personas insanas.
Refugios insanos, para personas sanas (no siempre)

No esta mal, es algo necesario... cual cual con su refugio, siempre y cuando no sea en vano...

jueves, 21 de junio de 2007

Seguir en pie



Mi cuerpo pide ayuda, nuestros cuerpos gritan por ayuda, no dan más, la angustia del alma se hace cada vez mas insostenible, el dolor traspasa nuestros poros, haciéndonos caer, por culpa de la presión. Esa presión proveniente del exterior, que se mezcla con dolores internos, provocando la depresión tal vez, que nos reprime sin permitirnos mantenernos en pie. Vivimos en un mundo lleno de violencia, de excusas y presiones, como jóvenes debemos ser fuertes para enfrentarlo y no dejarnos hundir por fuerzas superiores que nos quieren manipular. No hay remedio... un merecido descanso nos tomaremos, para seguir en pie y gritar con mas fuerza todas esas palabras que nos quieren quitar, haciéndonos callar.

domingo, 10 de junio de 2007

y el dolor otra vez...

Casualmente, aquellos hechos que parecían muertos
y enterrados en el baúl del olvido,
renacen queriéndose parecer al ave fénix.
Deseosos de ser recordados con cautela y algo de recelo.

Nuevamente surge esa interrogante
que tiempo atrás lapide junto a aquel mal recuerdo.
Que es mejor: ¿ahogar las penas? Ó ¿tapar el dolor con otro dolor?,
malditas dudas que pense haber aclarado,
están gozosas refrescando mi mente.

Comienza el martirio recordando esa vez,
esa maldita vez, que decidí responder las interrogantes por mi cuenta.
La respuesta a la primera interrogante, seria:
Primera vez que se siente el alcohol por mi cuerpo de esa forma,
de la pena a la alegría solo hay un paso, o debería decir un vaso.


El resultado de la segunda interrogante, no es grato;
la marca en mi brazo desapareció en días,
pero dejo una huella en mi conciencia,
la cual aparece con la mínima ayuda de una situación poco agradable.

Días, meses, quizás años sin pasar nuevamente por esto.
Sigamos un par de nuevos días, meses, quizás años mas
antes de que este recuerdo escondido en lo mas oscuro y recóndito
de mi memoria reaparezca como por arte de magia.

viernes, 1 de junio de 2007

¿De caballero?...

En una noche fría, Anastasia estaba preparada para ir a una fiesta, nueva en la ciudad no se atemorizo por los peligros que puede correr una mujer sola por la calles de aquella ciudad y sin pensarlo dos veces, emprendió viaje...
Llegando al punto de encuentro se encontró sola, ningún conocido cerca del lugar; decidió llamar a una amiga (esta estaba en camino). Su espera no se hizo eterna, ni aterradora, bien confiada se sentó en un paradero, donde esperaría por su amiga, en esa espera pasa un niño, simpáticamente la mira, le sonríe, la saluda y sigue su camino, no avanza mucho, cuando retrocede y le pregunta la hora - disculpa, ¿me puedes decir la hora?- claro, son las 21:50 dijo Anastasia, él acabo con ese intercambio de palabras con una sonrisa y un gracias (siguió su camino), nuevamente no fue mucho lo que avanzo y pregunto sonriente - ¿puedo conversar un rato contigo? - Anastasia algo dudosa respondió que si.
20 minutos estuvieron hablando, él se llamaba Nicolás, venia del trabajo, no estaba casado, pero era conviviente. Hizo muchas preguntas sobre la vida amorosa de aquella muchacha, pero viendo que sus intenciones no iban a ser realizadas, decidió marcharse, ir a casa antes que la "señora" le dijera algo, (macabeo)pensó Anastasia.
Ella se sintió algo aliviada cuando él se fue, pero como era de esperarse, Anastasia no alcanzo a dar ni un suspiro de alivio, cuando él volvió y solo para decir: "igual me hubiese encantado pinchar contigo, pero no se pudo"...