Te conoció en una noche de baile, donde la comunicación es perfecta (no es irónico), ya que hacen su presencia las distintas vías de lenguaje como la visual y la kinésica, son las de mas importancia, dejando de lado las palabras.
La estaba pasando bien, disfrutando de los bailes de esa noche, pero algo faltaba para que fuera perfecto, como dicen, faltaba al guinda de la torta.
Se encontraba "descansando", en busca de esa guinda, cuando aparece un muchacho y la saca a bailar, no lo pensó dos veces y acepto. Continuo pasándola bien, pero aun algo faltaba.
Como siempre pasa, esta no iba a ser la excepción, te has dado cuenta que siempre que buscas algo no lo encuentras, pero que por arte de magia, cuando dejas de buscarlo aparece... así fue...
La tan esperada guinda estaba ahí, se encontraba a su lado, disfrutando de la noche bailando en compañía de alguien que posiblemente conoció ahí.
Ella se fijo en él por casualidad y él la miro con agrado... creo que comenzó todo. Las miradas entre ellos no cesaron, sus parejas de baile no eran mas que fantasmas.
Él decidió descansar y sentarse con unos amigos a mirar como bailaban los demás, también se puede comparar como cual animal asecha su presa.
Ella por el contrario continuo en sus andanzas y siguió bailando con aquel fantasma, solo que ahora era una muralla el escollo en este juego de miradas.
Pasan las horas, siguen las canciones, él la mira como baila, ella canta y lo mira a él.
Él la mira por última vez, se asegura que ella reciba el mensaje, se arregla, la mira nuevamente, luego se va.
Ella entendió el mensaje, espera un momento, se despide de su pareja de baile y se va.
Ella se va a buscar a sus amigas, con las cuales salio de la casa esa noche, en el trayecto él la detiene la mira de frente y entabla una pequeña conversión con ella.
El tiempo no esta a su favor, es muy tarde, él debe marcharse.
La noche entre los dos concluye en el fugaz beso del adiós...
La estaba pasando bien, disfrutando de los bailes de esa noche, pero algo faltaba para que fuera perfecto, como dicen, faltaba al guinda de la torta.
Se encontraba "descansando", en busca de esa guinda, cuando aparece un muchacho y la saca a bailar, no lo pensó dos veces y acepto. Continuo pasándola bien, pero aun algo faltaba.
Como siempre pasa, esta no iba a ser la excepción, te has dado cuenta que siempre que buscas algo no lo encuentras, pero que por arte de magia, cuando dejas de buscarlo aparece... así fue...
La tan esperada guinda estaba ahí, se encontraba a su lado, disfrutando de la noche bailando en compañía de alguien que posiblemente conoció ahí.
Ella se fijo en él por casualidad y él la miro con agrado... creo que comenzó todo. Las miradas entre ellos no cesaron, sus parejas de baile no eran mas que fantasmas.
Él decidió descansar y sentarse con unos amigos a mirar como bailaban los demás, también se puede comparar como cual animal asecha su presa.
Ella por el contrario continuo en sus andanzas y siguió bailando con aquel fantasma, solo que ahora era una muralla el escollo en este juego de miradas.
Pasan las horas, siguen las canciones, él la mira como baila, ella canta y lo mira a él.
Él la mira por última vez, se asegura que ella reciba el mensaje, se arregla, la mira nuevamente, luego se va.
Ella entendió el mensaje, espera un momento, se despide de su pareja de baile y se va.
Ella se va a buscar a sus amigas, con las cuales salio de la casa esa noche, en el trayecto él la detiene la mira de frente y entabla una pequeña conversión con ella.
El tiempo no esta a su favor, es muy tarde, él debe marcharse.
La noche entre los dos concluye en el fugaz beso del adiós...
