domingo, 10 de junio de 2007

y el dolor otra vez...

Casualmente, aquellos hechos que parecían muertos
y enterrados en el baúl del olvido,
renacen queriéndose parecer al ave fénix.
Deseosos de ser recordados con cautela y algo de recelo.

Nuevamente surge esa interrogante
que tiempo atrás lapide junto a aquel mal recuerdo.
Que es mejor: ¿ahogar las penas? Ó ¿tapar el dolor con otro dolor?,
malditas dudas que pense haber aclarado,
están gozosas refrescando mi mente.

Comienza el martirio recordando esa vez,
esa maldita vez, que decidí responder las interrogantes por mi cuenta.
La respuesta a la primera interrogante, seria:
Primera vez que se siente el alcohol por mi cuerpo de esa forma,
de la pena a la alegría solo hay un paso, o debería decir un vaso.


El resultado de la segunda interrogante, no es grato;
la marca en mi brazo desapareció en días,
pero dejo una huella en mi conciencia,
la cual aparece con la mínima ayuda de una situación poco agradable.

Días, meses, quizás años sin pasar nuevamente por esto.
Sigamos un par de nuevos días, meses, quizás años mas
antes de que este recuerdo escondido en lo mas oscuro y recóndito
de mi memoria reaparezca como por arte de magia.

1 comentario:

Alfonso Waits dijo...

Es un relato que se siente que viene de muy a dentro, como si un recuerdo u algo no se fuera y siguiera.
me gusto mucho esta parte

"de la pena a la alegría solo hay un paso, o debería decir un vaso".

Recordar cualquier xcosa con un vaso en la mano sentado sólo recordan y escuchandose a uno mismo.

Compañera siga escribiendo, no paré.